Hambre de desafíos, dulce espejismo de años futuros
El silencio y la quietud se desdeñan
Se abandona, se hace pequeño el terruño,
Un gran sueño, seguir la quimera, progreso y civilización
En la calma, en la paz, mansedumbre pueblerina
Atrás quedaron los fieles a raíces ancestrales
Amantes de costumbres y mesa compartida
Temor y curiosidad, por los que se fueron
Mayúscula interrogante en cada rostro
¿La ciudad grande y lejana, como será?
El rastro de polvo, va tras un carro
Que se los lleva, una familia menos, la comadre y sus hijos
Algarabía de niños a través de ventanillas
Caras sonrientes, manos en despedida
Adioses a gritos, alegría, satisfacción de cambio
Un vago recuerdo en la mente de muchos,
El único e indeleble para aquella niña
Que soñaba con colores y una nueva escuela