pretéritos días sortearon el camino
sin advertir a donde nos llevaba,
partir por tiempo hacia un destino,
encandilantes utopías abrigaba,
senderos cruzados llevaron desatino,
amores, odios, triunfos y derrotas.
Devenidos días de siembra y cosecha,
desterrados del andurrial de certezas,
replegados en un pasado que acecha,
apartando en oscuridad las malezas
una primavera iluminó en sospecha:
descubriendo la estación imperfecta.
De pasados presentes fui caminante
en busca de promisorios devenires
viajando por un tiempo desdeñante
atroces asechos, ingratos desaires
idilios recónditos con luna ausente
rutas sin señales, cielo sin Antares
Cuando el camino cruzó la frontera,
las aves lo hicieron en el horizonte,
los senderos tornaron en carretera,
la cerrazón dejo de ser apremiante
el peregrino arrolló la duda artera,
prosperó el verbo y la consonante.
El pensamiento olvidó su prisión,
la idea desempaquetó en mensaje,
el idioma se cristalizó en canción,
la libertad y el amor como lenguaje.
Los amantes se ganaron la pasión,
los hombres libres su propio linaje.