La amistad cuesta treinta monedas,
y que Dios me castigue si pago más de lo debido,
con el tiempo aprendes con los que te quedas,
y sufres con los que sin ti se han ido.
Muchas horas sólo y apartado en mi rincón,
estuve a punto de precipitarme al abismo,
No tenía a nadie que guardara cariño en mi corazón,
así que ya me daba lo mismo.
En una calle, todos se juntan y se lo pasan bien,
nadie va solo por la calle a las 2 de la madrugada,
es una pena aveces que yo no tenga con quien,
cuando estoy encerrado mostrandole mi métrica al hada.