Que grande y agitado es el mundo que hoy vivo,
donde todo transcurre en apuros,
donde la vida no vale para algunos
y lo realmente valioso dura un respiro.
Que pequeño era mi mundo entonces,
no hace tiempo, hace solo un parpadeo.
Es medianoche en Buenos Aires,
las horas se despintan como oleos bajo la lluvia.
Y el recuerdo de una infancia, una nostalgia
despojado por el tirón
de un capricho, de un engaño
que grandes llamaron destino.
Ciudad ceñida de guarismos si las hay,
Bueno Aires Autónoma.
Mira que la vida se quedó sin tiempo
y el mismo tiempo sin vida.
Como quisiera devolver el tiempo,
ser viejo y verme bien lejos
de todo esto, ser pequeño
para vivir una vida de nuevo.
Media noche y Buenos Aires,
ciudad que no contemplas el sueño,
que no paras, que no duermes;
y todavía en ella mis esperanzas sostengo.