Kléver Eduardo Jimbo Paladines

Sara

   

Fue un momento que desconocía, un lapso del destino, una aventura de la creación de los días, un eclipse de ternura, un baile hecho vida. Quizá fue esa sonrisa que compartes con poca gente y la compartiste conmigo por breves momentos, o aquella mirada que lo dice todo sin decir nada o aquellos labios que poco a poco envían palabras al corazón de quien las escucha.

Fue tan inesperado pero cierto, y lo que siento no puede ser compartido, no puede ser visto, no puedo dejar de hacer latir este corazón cuando recuerdo tu rostro, o pronuncio tu nombre, no puedo llevar mis manos a las tuyas ni abrigarte con mis brazos, no puedo verte con ojos de amor y tampoco llamarte de esa forma.

Como dice Neruda “es tan corto el amor y tan largo el olvido” así mismo fueron tan corta nuestra alegria y tan larga la nostalgia, que cada vez que un recuerdo tuyo llega a mi mente, mi cuerpo se desploma al sentirse impotente, al sentirse olvidado.

¿Qué sientes tú? ¿Qué pasa por tu mente cuando ves que me acerco? ¿Qué pasa en tu corazón cuando ves que me alejo? ¿Quizá ya tienes dueño y yo soy un tonto al soñar contigo?

Quizá lo nuestro que no es nuestro ya tiene otros protagonistas o quizá es un absurdo sentir lo que siento por alguien que aún no conozco en su totalidad.

Pues en fin, solo fueron unas cuantas risas y miradas, unos cortos espacios de tiempo, y un leve rosar de nuestras manos.