Josefina 46

A LA MÁQUINA DE ESCRIBIR

A la máquina de escribir,

compañera de muchos ratos

de un tiempo que sin vivir

mis días iban pasando.

 

Contigo aprendí veloz

a escribir de otra manera,

contigo me sentí feliz

en invierno y primavera.

 

Sentada frente al escritorio

mis dedos se deslizaban

sobre las letras del teclado

y rauda sobre el folio las marcabas.

 

Tu bien inventado mecanismo

me parecía de magia o brujería,

siendo ignorante en la matria

una experta me sentía.

 

Cartas, textos, poesías

iba yo páginas llenando

para no pensar en las penas

que la vida me estaba dando.

 

Pero llegamos juntas más lejos

y a escribir un libro me atreví,

la vida de Samuel, mi marido

que se apagaba sin vivir.

 

Hoy tu imagen obsoleta

dio paso a las nuevas tecnologías

desde donde te escribo contenta

brindándote mi poesía.

 

Más a ti, compañera de fatigas

siempre te recordaré con ilusión

aunque ahora permanezcas dormida

y como motivo de decoración.

 

¡Tú, mi querida Olivetti

más bonita que el ordenador!

obedeciéndome al instante

sin necesidad de \"ratón\".

 

Fina