Si tú me quieres amar,
yo estoy aquí, donde siempre.
La aventura del amor
es un riesgo compartido,
que merece ser vivido
sin el freno del temor.
Yo nunca ofrezco promesas,
pues las promesas se esfuman…
yo sólo te ofrezco entrega…
como una noche de Luna,
que siempre se encuentra llena,
y luce como ninguna.
No sé quién eres, mujer,
y no conozco tu nombre,
pero si quieres saber
qué es el verdadero amor,
te daré mi corazón,
mis silencios y palabras,
que harán que nuestras distancias
se acorten sin un por qué.
Andrés María Contel
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