Después de terminar las hojas del cuaderno donde escribía un poco de mis días, lo he cerrado. Una pequeña pausa, para empezar un nuevo.
De mí mucho comentan, sin saber ni conocer el porqué de mis actitudes y mis actos.
Como todos también tengo varias maneras de calificar personas, pero espero siempre tener certidumbres para opinar.
No nos damos cuenta que cambiamos en segundos lo que pensamos, mientras no conocemos la realidad.
Obsesión, de querer tener siempre razón, es mala, dar espacio a cada uno es lo correcto.
A toda pasa tener momentos en que el enfado ciega un poco, esperar un casi nada nos devuelve la razón y se vuelve a tener la virtud de aceptarnos la manera de ser de cada uno.
En este momento que vivo, todo tengo, quizá nunca lo he tenido en mi larga vida, ni sabía cómo era. Por ironía del destino, me ha tocado un naco del cielo en la tierra. Sin avidez, lo gozo, sin pensar que terminará tampoco, solo lo saboreo, con toda mi alma.
No son grandes acontecimientos, ni bienes materiales, a los ojos de los demás desapercibido pasa. Mejor así, no lo entenderían, seguro.
Aunque quisiera calificar el amor, no lo conseguiría, es tan grande su variedad, que no me importa su nombre o calidad. Solo este pedazo del cielo que me ha tocado lo vivo con gratitud.
Mi mundo, es compartido, por alguien, que nada pide, pero regala todo lo que con sencillez tiene.
Maguas, sí tengo y muchas, pues una parte de mi vida no entra, otros la tienen, como nube cargada de tormenta, lista a fulminarme con sus rayos perversos.
Me abrigo lo más que puedo, callada en mi rincón, viviendo el mejor momento de mi vida.
Todos los improperios. Mentiras, jocosidad, nada me afecta. Tres años he llevado para conseguir ignóralos e lo he conseguido. Batalla dura, sin treguas, desgastante, como salmón subiendo el rio contra la corriente, he llegado a su naciente y estoy feliz.
Empieza el nuevo año, yo quiero despedirme cuando termine, quiero vivir, más ahora que tanto tengo para ser feliz.
Así lo quiera Dios, con toda mi Fe le pido un poco más de tiempo.
Cambie palacios por un caseta, alegre llena de sol y luz, antigüedades, por cosas sencillas, ostentación por modestia. Y soy feliz.
Fijo los ojos de quien en ella entra y veo que le gusta e lo comentan. Es casi una casa de muñecas e yo una niña con lazos grandes en el cabello y calcetines del mismo color.
Siento que los cielos castigan alguien al darme esta harmoniosa vivencia con mi compañero. Remocé mi cuerpo y alma, sané heridas, por lo menos no sangran, casi invisibles están.
Por fin, me he levantado del lodo de tanta trampa que intentaran e casi me ha ahogaran.
Como diosa del agua, irrumpí y subí bien alto a camino del azul del cielo. Si fuera una figura mitológica así me calificaría.
Pecan los que mal piensan, pecan los que ofenden, pecan los que por envidia no aceptan, pecan los que apodan almas buenas de falsedad.
Mi corazón te agradece, amigo, mi alma te quiere con suave ternura, te he aceptado como eres en todo lo que eres, sin seres más que un sencillo hombre, sin maldad ni falsedad.
Gracias, por todo, por darme tu mano y no me dejares caer en la tristeza que no mata, pero hace morir la esperanza.
Oporto 14 de Enero de 2024
Carminha Nieves