Porque esta mi vida es, siempre proceso...
y por un rato, muy franco embeleso…
es que preciso hoy, un justo receso,
y meditar alma, sentires y hueso.
Del delito existencial, me confieso,
liberando toda esa carga y peso;
tesonera en pos del afán impreso
en actitudes buenas, que profeso.
Desprovista de todo gesto avieso,
depurada y libre de todo exceso;
más con el corazón ligero e ileso,
perdonando ya su sentir travieso...
seguiré expectante al feliz regreso.