cierro mis ojos, y aun creo verte,
ataviada de encanto y de alegría,
y tu rostro florecido en mil sonrisas.
suspiros vuelan de mi alma
como avecillas nocturnas
que se pierden en la nada.
susurro tu nombre
y titilan mis ojos
como luceros en una noche
estrellada.
anhelo tanto tenerte a mi lado
para refugiarme en tu regazo
del frío de este mundo impío.
ni aquella rosa azul
florecida en el Edén Prometido
me parece mas hermosa que tu,
Amor Mio.