Que frente arrugada de recuerdos...
Que gesto orgulloso y desafiante...
...que ni Aquiles fuera...
...que no fuera Don Quijote con lanza y su atropellada fiera...
Que porte tan viril...y que irrespetuoso con la muerte...
Que negros los ojos del cuchillero...
Que sudor está quemando su frente...
Que daga de Toledo está brillando en la noche de mano de un valiente...
Que angustia y que estupor...en las madres mas fuertes que el dolor...
Que furia en las amantes del callado malevo...
Que grito en la boca redonda de los hijos del compadrito
con tacos y puntera...
Que saliva amarga para la noche de la sangre derramada...
Cuantos ojos estarán mirando el coraje inútil de la furiosa puñalada...
Que dolor terrible cuando muerdan las culebras del acero...
...¡está tan fria la noche!......¡está tan negra la Luna!...
...y la muerte agazapada está esperando al lucero...
Que inútiles los lamentos cuando quemen los zarpazos de la sangre encendida...
¡Que abierto está el pozo del sepulcro!, sin agua bendita y por ninguna mano bendecida.
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