Recorren mis pies largos caminos,
pisando entre hojas secas del pasado,
dejando humedecer sus huellas,
por algunas lagrimas que se escaparon,
no fueron culpables las espinas,
solo piedras que enseñaban,
a vivir con valentía,
las escenas de la vida.
Siguen mis ojos descubriendo,
un universo de luces radiantes,
que me guían,
por aquel sendero angosto,
que transito ya con madurez,
puedo respirar el paraíso,
esta tan cerca de mis latidos,
como mi alma esta a los versos.
Van mis manos escribiendo,
Las historias que desfilan,
entre el cielo y la tierra,
lo vivido o lo soñado,
de lo que fue,
de lo que no pudo ser,
describo el paisaje,
pintado con mis colores,
fantasías que dibuja el corazón,
cuentos y novelas,
se refugian en mi memoria,
no hay moralejas,
tan solo sientes,
y luego existes en un poema.
Colombiana.-