Corría el invierno del setenta y tres
solías derramar claveles en mis penumbras
y beber mis alegrías.
¿ Lo recuerdas ?
La medianoche moscuvita era testiga
de nuestros interminables bailes
sobre la pista bajo lluvia.
¿Lo recuerdas ?
Me enloquecía el rojo carmesí que usabas
cada vez que la generosa noche
caía sobre nosotros.
¿Lo recuerdas?
Añorabas el recuerdo de lo que fuimos,
de lo que dejamos olvidado
en el olvido.
¿ Lo recuerdas ?
¿Pero recuerdas aquella tibia noche de verano
en la que caminabas sin rumbo ?
En ese preciso momento
el año setenta y tres,
la noche moscuvita y tu rojo carmesí
me despertaron del ensueño.
Nunca te tuve…
¿Lo recuerdas?