La conozco, tanto
como a la mía.
No sé si tanto
ha de ser bella para ti.
Pero conozco tu alma.
Y ella, contagia a la mía
en sentimientos...
Eres...un ángel
que Dios me ha enviado
desde el cielo.
Tu alma es tan bella...
como toda tú.
Está tan cerca de la mía...
y ella me causa toda
la inmensa felicidad
que siento,
día a día,
en todo momento...
Gracias por habérmela brindado.
Las maravillas de la vida,
pudiendo, debemos entregarlas...
en vida, siempre...
Tú sabes y conoces mi felicidad.
Sin haber conocido tu alma,
y a ti, su dueña,
mi vida no sería la misma.
Aunque a veces estemos
en este mundo aceptando
los grandes conflictos,
sabiendo que a ti te tengo
en mi alma, y que tú
sientas la mía,
soy inmensamente dichoso.
Al acostarme, sabiendo
que tú estás en mi lecho,
goza plenamente todo mi ser...
y mi alma...
Cuando no estás en él,
despierto te sueño...
y te imagino a mi lado,
como si lo estuvieras...
y cuando realmente lo estás,
te entrego todo lo que
tú me pides...lo que deseas de mí...
todo... lo que aún puedo entregarte,
despacito, lentamente...
en toda su dimensión...
Vivamos nuestros
privados momentos de amor,
así, siempre...
Eres toda mía,
como yo soy todo tuyo...
Derechos reservados de autor (Hugo Emilio Ocanto -28/01/2014)