Como quisiera ser serpiente, para cambiar de piel
Y borrar las huellas de tus manos,
Quiero rasgar mi boca y así no sentir tus labios.
Como a Cristo me negaste y no solo tres veces.
Diste en mí el beso de judas, Me vendiste la idea de amar
y luego cada sentimiento traicionaste,
Sentí la crucifixión por ese inmenso dolor,
Mire al cielo y dije:
Perdónala señor, no sabe lo que hace.
Sentí morir, pero en mi revivió esa fuerza que me impulsa a seguir,
Aquella que me dice que no todo está perdido,
Que me esperan cosas buenas, que mi destino no está escrito.