Quedó el viento
barriendo los papeles
todos se fueron
quedaron las promesas
solitarias
los saldos de las ilusiones
y los sueños
volando.
Son casi las diez
y ni la luna
comienza a rodar
en tus pupilas
ya nadie camina ni grita
ni se calla
delante del brillo
de tu luz.
Solo estoy
solo
mirando
cómo no pasas
cómo no iluminas
el patio oscuro
cómo el tablero de ajedrez
donde jugabas
de blanco
se va haciendo
completamente
negro.