En mi oración te pedí que no se fuera
Que me dejaras disfrutarlo hasta que muera
Platicar con él y me dijera
Las cosas que vivieron cuando yo no era.
Te pedí señor, que permitieras
Que tuviera la dicha de tocarlo
De abrazarlo y darle un beso en la mejilla
Como lo había hecho durante muchos años.
Te roge señor, que no lo detuvieras
Que dejaras que siguiera caminando
Recorriendo los lugares de su vida
Y los recuerdos que le daban alegría
Te suplique mi dios
Que no perdiera sus recuerdos
Que me viera y siempre me recordara
Que dejaras que viviera yo en su mente
Para que al verme, mi nombre pronunciara
Hoy mi padre esta postrado en una cama
Su cuerpo ya no sabe que está vivo
Sus ojos se olvidaron de mirarme
Y sus labios solos hablan en quejidos
Pensé en reclamarte por tus actos
Que tanto te rogué que no hicieras
Pensé incluso que no existías
Por no escuchar el ruego que te hacia
Pero al ver anoche a mi padre descansando
Otra oración te hice, preguntando por mis actos
Acaso soy yo el culpable, de que no me hayas escuchado
En ese momento mi padre dijo agitado
Aquí estoy, yo te estoy escuchando.
Entendí, la respuesta a mis plegarias
Mi padre estaba en tus manos
No habías dejado que se fuera
Por los ruegos que yo te hacia a diario
Entendí que mi padre me escuchaba
Y que al tenerte a ti, allí a su lado
Escuchaba tambien los ruegos por mi pronunciados.
Entendí que estaba en su cama, para mí
Que debía decirle, lo que no le dije
Recorrer su cara con mis ojos y mis labios
Abrasarlo mientras todavía estaba a mi lado
Que tú lo tenías ahí esperando
Que yo entendiera, tu significado
El alfa es dios que te da carne
Y el omega es ese mismo dios
Que recoge lo que ha prestado.
Por eso estas callado, padre mío
Porque estas ocupado con tu entrega
Regresando los sentidos de tu cuerpo
Uno a uno
Hasta que todos hayas entregado.
Para Guillermo Salinas Fernandez
De su Hijo
Jorge