A partir de hoy,
ya no me pienses.
No sufras más por mí,
no evoques nuestras citas,
no llores por mi ausencia.
No cuentes más los días
que pasan sin tenerme,
no esperes que te llame,
no me escribas mensajes
ni poemas a mi nombre.
Por decreto, a partir de hoy
para ti, yo ya estoy muerto.