Esta noche conocí a un sujeto,
Un tipo muy parecido a mí.
Tenía la misma mirada
Suplicante, solitaria,
La misma piel ceniza
Por el tabaco y el descuido,
Unas obscuras ojeras
Ancladas a los parpados,
Y la misma boca árida
Carente de las palabras y llantos,
Secada por los besos
De viejas mujeres
Que perdió como yo perdí.
El tipo estaba lavándose el rostro,
Tras una muralla de fuerte cristal,
Miraba mis ojos como alejándose
Tras un portal, saltando una valla.
Una cruel verdad me mostró.
Era un espejo al que veía,
Y el sujeto no era otro
Sino mi propia vida.
Qué triste epifanía…
…ese pobre tipo,
Que dormir no puede,
Me busca en su reflejo,
Para hallarse en mi rostro;
Sufre al descubrirme,
Con la misma pinta,
Los mismos errores
Y las mismas caídas;
¡Qué triste ha de sentirse,
Ver otro mundo
Donde has perdido el rastro
De las dulces fantasías!
¿Imaginas mis dolores,
Al ver a ese bosquejo
Sufrir el profundo
Deseo de verse,
En otro universo,
Con mucha alegría,
Con amor, cantando
Junto una dulce
Compañía,
Pero, en cambio
A ese ensueño anhelado,
Verse de nuevo,
Como un esqueleto,
Con los mismos tropiezos,
La misma agonía,
El mismo alcoholismo,
La misma sonrisa
Mal habida,
El mismo hombre
Desesperado?
¿No es suficiente espasmo,
Cómo para sentirse
Hecho pedazos,
Cómo para rendirse,
Sentirse desahuciado,
Sufrir la ironía,
Y mirar a otro lado?
Me sentí alegre
De no ser aquel tipo,
Pues yo puedo,
Con toda alevosía,
Decir que aún puedo,
Sentirme como
Un sujeto altanero,
Que de noche y de día,
Se ríe del espejo.
Apagué la lámpara,
Encendí un cigarro,
Y canté melodías,
Que sólo conocemos,
Los que se encaran
A su lado sensible
Y humano.