Si muchas veces me olvido yo de rezar,
Porque Jesus, de mi no se iba a olvidar?
No es un derecho humano el dormitar.
En las cosas del cielo tienes que actuar.
Recuérdame Señor, si lo que puedo dar,
Al vecino, amigo, desconocido o sin par,
Es de tan poco valor, casi un abaratar,
A lo que me has enseñado a cultivar.
Aliéntame Señor, en mi sombrío caminar,
A seguir los pasos que me quieres destinar.
Sálvame de la pereza, enséñame a rescatar
El sufrimiento en las huellas que dejaste al pasar.