Me dejo seducir por tus ojos que ya no me miran, sobre mi cama acaricio tu cuerpo inexistente, tomo entre mis manos tu rostro invisible, e inhalo tu aroma desgastado en mis recuerdos, te cuento mil cosas, que no se si han sucedido, me recuesto en tu pecho buscando refugio, buscando el amigo, el amante el amor perdido, pero mi mente me traiciona, y de repente… te vas como un suspiro.