Hablan sin casi entender,
les cuesta soltar palabras.
Buscan cómo distraer
quizás sus propias miradas.
Suspiran apetitosas
en secreto sus palabras.
Se acercan muy sigilosas
lentamente, delicadas.
Olfatean sus palabras
cuan cerca está su primer
intercambio de carnadas.
Se encuentran en mil sabrosas
lluvias, danzas de placer
de suave aliento mezcladas