En las protestas de la vida vemos caídas,
vemos desiertos hechos para nosotros mismos,
vista desde el cielo esperando la gota desplazarse,
vemos el mundo cayendo en la miseria de la vida,
vida hecha para los felices, hecha para las sonrisas que nadie observa,
contempladas solo por codicia, de la pobreza de este sentimiento,
en unos ojos secos por amargura y la sucia amabilidad,
deseando caer en los hoyos de la sensibilidad,
ser rescatado por las manos casi descuartizadas de la humanidad,
ser acariciado por la droga prohibida,
ser odiado por la muerte
y condenado a la vida misma,
desgraciadas cadenas que nos atan al mundo...