En el cielo constelado había una es estrella lejana,
por pura casualidad la vi desde mi ventana,
la tenue luz salpicante se veía adolorida.
Yo que estaba melancólico, que tiempo no sonreía
le sonreí con ternura y además le hice un guiño,
también ella sonrío, y me miró con cariño
y entre nubes peregrinas su bello rostro escondió
otro día la esperé hasta que se oculte el sol
para que la noche llene de luces el firmamento
y que aparezca en el cielo para sentirme contento.
Allí estaba mi estrellita puntual al anochecer
que a las niñas de mis ojos las hizo resplandecer.
Así pasamos las horas por las noches coqueteando
entre pláticas y risas nos fuimos enamorando.
Hoy la estrella no es lejana, está cerca, está conmigo
y con su luz fulgurante ilumina mi camino.
Por eso escribo estos versos con mucho amor y alegría
y soy feliz muy feliz junto al amor de mi vida.
TE AMO Claudia