El saber que llegaré a casa
y que encima de la mesa habrá una nota de despedida,
revuelvo mis pertenencias,
para que en mis cajones haya una vida.
Soltamos unas migas de pan para regresar
y los pájaros se las llevaron todas,
igual que los novios soltaron arroz
en otra boda.
Aparecieron los baúles que escondimos en el pasado,
recorrimos toda la isla en busca de tranquilidad,
vimos que no había nigún alma con candado,
pero nos faltaba visibilidad.