Y todo fue un engaño, simplemente disfracé la realidad que no quería ver.
Intenté curar aquellas alas rotas, no me di cuenta de que engañaba a mi propio ser.
Me sumergí en un mar de luces brillantes porque no quería ver la oscuridad de afuera.
Ahora estoy aquí, desolado y triste, sin nadie a mi lado.
¿Qué pasó? ¿Será que el mundo me engañó o fui yo mismo quien se apuñaló?
Ojos sin brillo, alma consumida y perdida en el umbral de la soledad.
Quise seguir arrastrándome pero…no pude, las ganas se fueron.
Fueron aquellas cosas que jamás quise mirar las que me lastimaron.
Hoy, un agujero negro se comienza a hacer parte de mi corazón, reemplazándolo.
Muchas veces negué el hecho de sentirme así, y simplemente me forcé a sonreír.
¿Cuántos agujeros formé en mis sentimientos? ¿Cuánto daño me cause al intentar detener el tiempo?
Todo fue una dulce ilusión que se transformó en un amargo sabor que al probar, me dolió.
Hoy no hay nubes blancas, sólo nubes negras llenas de agua, llenas de mi llanto.