Donde quiera que te encuentres, que no llegue ni el recuerdo,
Quiero que llegue a ti, mi humilde muestra de amor;
Lo envía mi corazón con mucha sinceridad,
Sin importar que estés lejos, mucho menos donde estas.
Quien sabe si es que te asombres, al saber que va de mí,
Que tanto puedes llorar, como también sonreír;
Y afectada por los nervios al recibir la noticia,
Salgas corriendo a buscarme y que ante nada te rindas.
Para mí sería hermosa, saber que llegas a mí,
Y si un día te alejaste, fue pura casualidad;
Todo pasó sin quererlo, son las cosas el destino;
Y si volvemos a vernos, es porque Dios lo ha querido.
Siempre te he jurado amor, porque mucho lo he sentido,
También tu a mi me decías, que seria para siempre;
Que equivocada la gente, que rogó que no volvieras;
Dicen que el amor es ciego, pero tú eres mi negra.
Así veremos que el tiempo, siempre me dio la razón,
Y que solo el corazón, de un hombre que sabe amar;
Sea por tierra o sea por mar, o surcando ventoleras,
Busca a la mujer que ama, sin importarle barreras.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita