Estela Kobs
Estampida
Dije “te extraño”, ¡vaya qué cursi!
no más que un clamor desesperado,
un ataque de sinceridad, desliz,
un rato después estaba temblando.
De miedo, susto, arrepentimiento,
quizá también quedé avergonzada
cuando vi tu rostro desfigurado,
tus nervios huyendo en estampida.
Tuve que dar paso a tus disculpas
y así también a tus evasivas,
que corrían a par con tus excusas.
Junto con tus miles de confusiones
huyeron en estampida, mis ganas,
mis deseos, mi desliz, mis pasiones.