I
POSICIONAMIENTO
El terreno ya se encuentra dividido;
Cada integrante está estratégicamente ubicado.
El campo, aún virgen, sin vestigios de alguna lucha.
Los combatientes se van posicionando:
Adelante, en primera fila, la infantería;
Un grupo de soldados fieles exponiendo el rostro.
Más atrás, caballos patrullando la zona;
Vigilando que no haya presencia de invasores.
En los extremos, torres de control;
Lugar donde se camuflan los francotiradores.
Más al centro caballeros blindados;
Guardaespaldas acorazados protegiendo al rey y a la reina.
II
DESPLAZAMIENTO
Empezó la contienda;
El ambiente se prepara para la devastación.
Ambos bandos lucirán sus mejores artilugios;
La infantería, cazadores diagonales;
Esperando cualquier descuido para atacar.
Los jinetes, en su caballo, ejercerán un movimiento singular;
Extravagancia, que dejará a muchos atónitos.
Los soldados blindados desenvainarán su espada;
Ademán para proteger a su rey.
Y en las torres, inmutables francotiradores;
Que jalarán el gatillo buscando algún cuerpo para derribar.
Finalmente las reinas omnipotentes custodiarán sus castillos;
Se moverán en infinitas posiciones, ahuyentando así, a los infiltrados.
III
LA MATANZA
El proceso de devaluación ha comenzado;
Los ejércitos se van quedando mermados.
Decenas de soldados han sido arrestados;
Su abolición es inminente, la muerte saluda sonriente.
La transición del camino va mostrando escenas macabras;
Infantes degollados, caballos postrados en el suelo agonizando;
Y más terrible incluso, lo que el rey se resistía a aceptar;
¡Su dama había sido capturada!
Un rey impotente ruge en su castillo.
Pensando, alternando entre dos opciones;
Salir a por su reina para liberarla o morir en el intento.
IV
LA SUBLIMACIÓN
Un ejército yace apabullado;
Sólo un acto heroico salvaría el honor de su reinado.
Metamorfosis;
Un soldado convertido en todo poderoso.
Tras un extenuante esfuerzo,
Un infante había logrado tocar la línea de fondo.
El rey contrario se encontraba vulnerado;
Y su flanco, hasta hace instantes, impenetrable.
Era ahora, el camino directo a su muerte.
Así culmina la eterna reyerta;
No siempre vence el más fuerte.
Quizá la venganza resucite en cualquier momento.
Desatando nuevamente la furia de ambos bandos.