Este es mi cuerpo,
de pez boríkua,
y tengo a mis adentros
un alma viva.
Yo soy pez de río, pez de playa.
Yo nado en agua dulce o salada.
Esto no es un sueño,
en mar o en manantiales,
yo soy boriqueño.
En pecera de cristales
yo no he muerto,
mi alma está atrapada,
en pez y en cuerpo.
La corriente es fuerte,
en las aguas de mi isla.
Cansado en la corriente,
mi cuerpo se desliza.
Nadando nado, nada que nada,
y cansado floto como un muerto.
La corriente me lleva, me arrastra,
y ya descansado, nado de nuevo.
Cuando se los esté llevando la muerte,
yo iré nadando en contra de la corriente.
Ese es el pez boríkua,
entre los suyos, diferente,
que desde la playa,
por el río, hasta arriba,
sube, haciéndose más fuerte.
Yo soy tu pez, Borikén, que te adora.
Yo soy tu pez, Borikén, que te enamora.
En la corriente,
yo nado en contra,
y subiendo por tus ríos,
yo te doy mi honra.
Yo nado en tus ríos y en tus playas,
en tus aguas dulces y saladas.
En tus corrientes, tú me haces fuerte.
Soy el pez boríkua, yo sí que tengo agallas,
entre los puertorriqueños, yo soy diferente,
yo me lleno el alma, por mis branquias, de tus aguas.
Eres la luz,
Sol y Luna,
resplandeciente.
Cuando salto fuera del agua,
tú eres el brillo en mis escamas.
Yo soy tu pez que te ama,
yo soy el pez que te adoro...
En ti está mi nada,
en ti está mi todo...
Borikén bella...
En tus aguas,
brillan las estrellas...
Y yo nado entre ellas,
y entre ellas me deslizo...
Yo muero en tus aguas, Borikén...
Que muriendo en ti, yo vivo...