Cuando te hieren el alma
deseas pagar con la misma
moneda, pero eso a la larga
te causa una inmensa pena.
Hay que saber perdonar
y ponerse en el lugar
del sentir de la otra persona
y entonces comprenderás.
Cuando deseamos mal,
igual que cuando deseamos
la paz, eso circula
con las ondas de energía
que enviamos,
positiva o negativa;
se recibe y se siente
No te engañes,
lo que deseas atraes,
lo que envías te reviene
y eres tú quien lo padece.
Tú conciencia
no está tranquila
y sabe que lo mereces.
Un día u otro lo pagas
por haber deseado mal;
eso es lo que sucede.
Después te llegan desgracias
y no las comprendes
y es porque
tú has actuado igual,
a veces con otras gentes.
La venganza
no soluciona nada,
siempre lo empeora
y a ti mismo te degradas.