La tristeza que sumía
En pesadumbre mi canto
La cubrí de negro manto
Para que a la vida mía
Retornara la alegría
Y en mis ojos no más llanto
Me privaran del encanto
De la dulce compañía
En mi covacha de sueño
De los recuerdos de ayer
Y los duendes de mañana.
Canta el sinsonte y risueño
Se torna todo mi ser.
Su cántico lo engalana.