Llena de suspiros siempre el cielo.
Cantando iba por la vida,
risueña, libre, entre la gente.
No sabía de intolerantes seres,
pues como fantasma, transitaba el mundo.
Con su vestimenta enrarecida
y su pulcritud, maltrecha,
su sombra semejaba sin destellos,
cuando el sol se posaba, en su cuerpo.
Que feliz se veía, tan sonriente,
parecía no tener problemas,
ni conflictos. Sus ojos miraban a lo lejos,
en nada se posaban, sin complejos.
Llega la noche, su casa está
en cualquier parte, donde la encuentre,
caminando y cansada.
Se recuesta y dormirse puede,
esta su conciencia libre de maldades.
Y así su vida pasa sin saberse,
si es pobre, rica, sabia o ignorante.
Yo solo sé que es feliz y yo la quiero…
Porque llena de suspiros siempre el cielo.
Teresa Suárez.
Enero 2014
# safecreative