Tu manera de cambiar el mundo,
tan delicada, tranquila y misteriosa.
Esa tarde eras delicada como la rosa
que nace de esto, lo más profundo.
Tu manera de amar las cosas,
nunca lo aplicaste conmigo...
Esa tarde eras delicada como las rosas;
más solo me tratabas como amigo...
Tu manera de odiar las cosas,
hoy la aplicaste conmigo...
Ya tú no eras como las bellas rosas
porque me despresiaste todo herido.