Me confieso farsante
cuelgo en mi pecho
el brillante rotulo
auto titulándome poeta
cuando solo soy
un maldito eyaculador precoz
que al corromper la pulcritud
de la cuartilla
con la excreta vulgar
de un minúsculo cagatinta
sordo a la melodía de la poesía
ciego a su color
Funesto y vil ladrón
que roba al paisaje su belleza
al abigarrar su color
y se atreve a reclamar
como de su propiedad
lo que el universo le da…
que alza las nalgas
como potranca en celo
cuando por clemencia
le dan el epíteto bendito
le llaman poeta
y afloja los esfínteres
para derramar mierda
a la que llama versos
¡Estúpido perverso!
quien derecho sobre la flor me dio
sobre la luz, sobre el agua,
sobre el amor
como puedo reservar derechos
sobre algo que vive,
palpita, respira,
me escupe la cara
y no atino a describir
con la exactitud que se merece
Perdón poesía
por reclamar como mío
lo que es de tu propiedad
Permíteme te suplico
seguir siendo mi fusil
para acribillar al maldito
que abusa de la propiedad,
del poder que da el dinero,
de bañarse de impunidad,
de abusar del anonimato,
¡¡¡Vamos poesía a pelear!!!