Opulento deseo, infortunio,
a su vuelo, fugaz torna el tiempo,
y se quiere elevar a destiempo,
sol, desalineado plenilunio.
Mágico trinar acalla el monte,
canción que se frena en la garganta.
Pasión que temerosa se espanta,
mirada sobre mar sin horizonte.
Lo fortalece cada vaticinio.
Avisora tesoro escondido,
y se recupera del ignominio.
En la noche, cielo iluminado,
es la esperanza gran consejera,
hará brillar. . . Nuestro amor cegado.
Autor:Graciela Beatriz Traverso-