Tal vez esta no sea la vida que soñaste…
ni yo tu sueño perfecto.
Pero te he visto abrir los ojitos…
un sin número de amaneceres.
Tal vez mi casa no sea un castillo…
ni yo tu príncipe azul.
Pero abracé tu cuerpo…
cuando un mal sueño interrumpió tus ganas de vivir.
Es verdad; no pude estar ahí…
cuando el miedo consumía tu alma.
Pero estuve ahí…
cuando caía la noche sobre tu frente.
Y aunque te he visto llorar a escondidas
y no pude secar tus lágrimas…
Supe que desde el día en que te conocí
un día como hoy serias mi felicidad,
mi alimento, mis ganas de vivir.
Y es que estoy hasta los cabellos por ti,
por tu cariño y tu corazón inocente.
Que quiero construir un cielo
A la altura de tu pies.
Un cielo donde habiten las espinas,
donde el mar sea profundo,
donde el corazón
sea vulnerable a las espadas,
un cielo donde las palabras
maten muy despacio
y los hombres apuñalen por la espalda.
Un cielo muy parecido a la realidad
que ven tus ojos a diario.
Tal vez te preguntes
¿Por qué tanto desierto en tu cielo?
Porque todas las cosas no son de color rosa,
porque mientras otros vuelen perdidos
en un cielo de fantasía;
nos otros volaremos en nuestro cielo.
Y aunque todavía eres una niña
que te enojas por que no ganaste
al juego de las escondidas
y lloras porque tu orgullo
no te deja seguir de pié...
Te quiero.