Vestido de eternidad,
en esta tarde muy espléndida,
donde el Sol brinda delicias,
superficies de cristal,
voy amoldando momentos
de mi pasado pretérito,
que a veces se me ha perdido,
despertando de sus sueños.
Tengo sed de eternidad,
que lo que es… sea siempre
invariable y permanente,
sin principio, ni final.
Andrés Mª Contel
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