Después del reposo
A veces se despierta del reposo,
del lugar donde nada se percibe,
allí donde esta aquel que nos prohíbe
sufrir aun más allá de lo ominoso.
Es cierta la inconciencia, lo borroso,
el garabato que ha hecho aquel que escribe;
la franqueza total que el muerto exhibe,
el pasillo final, lo tenebroso.
La certeza en lo incierto se describe
como un atardecer entre la niebla,
un mal menor de aquel el que recibe,
la duda más atroz que el alma puebla,
es la que sin poder no se describe,
la que tan solo habita en la tiniebla.
2/2/14 j.ll.folch