Acaricio la ilusión de refugiarme en tus brazos,
de que cures mis heridas y recibir tus caricias
al ahogar los gemidos del ayer sobre tu boca,
como aquella tarde, en que la luna celosa
nos negó la emoción de contemplar su belleza.
Al refugiarte en mis brazos, olvidaras tus pesares,
Con besos adornaré de tu boca la sonrisa,
Hasta la luna celosa querrá mirarse en tus ojos,
Solamente yo tendré tus encantos y belleza…
Más que importa ahora la luna, si nuestro amor
alumbra nuestras almas con mágico fulgor
que ávidas de caricias se enlazan vanidosas
y recorren el firmamento; derramando mieles
que salen desde adentro, henchidas de pasión.
Si, nuestras almas gemelas, vuelan como fresca brisa,
Apasionadas se buscan rebosantes de caricias
Para entregarse completas en un instante de amor.
Cuando el horizonte tiña de rojo el firmamento
entonces amor... Encontraremos el placer,
estaremos amándonos en nuestro aposento,
disfrutaré tus besos hasta el amanecer…
En una tibia noche de aromas perfumados
De música celeste rociada con luciérnagas,
Por fin podrán fundirse nuestros cuerpos en uno
Hasta que entrelazados nos descubra la aurora.
Hoy te confieso vida, con el alma en la mano,
Nada será más fuerte que nuestro dulce amor,
hasta la luna blanca se esconde avergonzada,
al mirar la cosecha de amor que ha florecido
del beso que sembraste en mi herido corazón…
Entonces pactaremos nuestro amor para siempre
y olvidando las penas que nos legó el pasado,
veremos los retoños que he sembrado en tu ser
y unidos miraremos como han de florecer…
POETA Y MUSA DE LA RED y
JOSE BERNARDO ROMERO NÚÑEZ