“DEJAR DE AMAR”
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Por que amar nunca tiene sustituto o razón
para dejar de hacerlo, pero sí gran condena
que te hace un loco esclavo enredado en su cadena
amante de tortura, del gozo en sumisión.
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Otorga a mente y alma una insalvable escisión,
entre ellas una inmensa asfixia que se almacena,
ahoga la garganta la culpa de una pena
mostrando tersa seda muy suave en la traición.
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Tener odio al amor es cosa tan imposible,
¿Acaso puedo odiar cuando amaneciendo el sol
mira pues a través de la ventana, impasible,
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tu cuerpo y esas curvas, pecado y descontrol?
Pues no, odiarlo no puedo aunque sea ya insufrible
mi celo al tú mirarlo cual tierno girasol.
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Carles C. 03/II/2014