Era un joven esbelto y guapo mozo
que en una esquina apareció
una mañana del mes de agosto
sin saber muy bien la razón.
Calle de mi amado pueblo
que guardaba mis secretos
de mi alma adolescente
los primeros balbuceos.
Calle a quien preguntaba
oculta de la puerta en el dintel
¿cuánto tardará en llegar?
¿por que esquina aparecerá?
Siempre aguardaba el momento
para a hurtadillas acecharle
con su imagen en el pensamiento
cual historia de amor interminable.
A la edad de catorce años el intelecto
permanece dormido ¡qué digo! muerto
y te conduces como poseída
por una simple y llana tontería.
Pasaba mis días soñando
con aquel \"príncipe azul\"
y un día, colorín colorado...
sin dejar rastro desapareció
de la calle, de la esquina y de Buñol.
Un año después del episodio
Cupido me quiso compensar
con el hombre que de verdad
me iba por fin a enamorar.
No era rubio ni guapo mozo
pero guardaba para mi de si lo mejor
y fue tan sublime nuestro amor
que el paso del tiempo jamás lo borró.
Fina