Es tanto lo que yo te espero,
Es tanto lo que yo te quiero,
Pero tus cantos son lisonjeros
Que perturban mi alma,
Pero que alimentan a las damas...
Por ti yo no muero, puesto morir es fácil,
Por ti yo vivo, aunque mi condena sea padecer en tu olvido,
Oh hombre de mis cincuenta lunas,
Que martillas mi amor con excusas,
¿Acaso es tan difícil ser fiel a mi corazón?