Marez nadaba mezclada en el río
la luna era el traje de sombras y estíos
las rocas danzaban igual que ella
meciéndose claras las infinitas estrellas
el viento tejía su ennegrecido pelo
el agua cantaba su canción de celo.
Solo ella pensaba en su querido amante
no estar sola en el río gigante.
Los sauces lanzaban sus gotas tronantes
Marez sentía la voz del cantante.