Es mejor que las palabras
se ahoguen en la garganta,
aunque te duela la herida
en el fondo de tu alma.
Es mejor quedarse en calma
y que pase el huracán
que exploten los tifones,
mejor morir y callar
antes que perturbar tu paz,
con personas que provocan
mejor no reaccionar,
no darles la satisfacción
de ver su orgullo triunfar.
Es mejor quedarse en silencio
que reavivar el fuego,
mejor no seguir el juego
a según quien respondiendo,
no se merece tu enojo
ni que pierdas tu reposo.
Es mejor dejarla hablar,
que saque su rabia sola
y vea su locura.
Tarde aprendí la lección,
ahora ya no hay vuelta atrás.