Te recuerdo como eras,
tan fregil, pura y calida...
Te recurdo cuando eras,
tan simple y a mi, unida...
Te recuerdo entre las hojas
del floreciente otoño...
te recuerdo entre las rojas
rosas de nuestro matrimoño...
Te recuerdo, ¡oh Dulcinea!,
con tus verdes y rojas ideas...
Aunque ya no me ames te pido
perdón y que sigamos unidos...
(¡Oh mi Dulcinea del Toboso!
yo soy tu ingenioso Quijote)