Navegando por la orilla
te encuentro implacable,
alegria.
¡En la arena,
en el cielo,
en los arboles!
Compañera del viento,
alma de la luna.
No me tapes tus estrellas
o perdere tu sendero,
acompañame en la aurora
en mi canto.
Aunque cambie de nombre,
de deseo,
no me abandones alegria!
Caminemos juntos hasta que la arena deje de ser espejo,
el cielo deje de deslizar
los pajaros por su vientre,
los arboles dejen de ser poetas,
la luna tus ojos...
El cielo se tiñe de vos
cuando las mañanas llegan...