Observaba el verde y el inmenso río,
Sentía la brisa al querer dialogar conmigo;
Mis pensamientos se hallaban ahogados
Bajo un gran letargo que bajo el sol recorríame.
Una destellante iluminación golpeó mi apático rostro,
Aquella brisa se tornó en un fuerte viento
Y la imagen de tu ser envuelto en mi sentir
Acorraló mi cuerpo entero.
La verdad delante de mí cual estrella en el firmamento.
Mi dolor siendo arrasado por un estupor descubierto.
Vida y océanos abriéndose delante de mí,
Miedo y alegría brotando sin fin.
Y llegó el invierno, con sus tristes presagios
Golpeando sobre cualquier surrealidad.
Existencias disecándose en fuertes crujidos,
Cual helado corazón al conocer su aflicción.
Bajo la lluvia te lloro, te pienso y me maldigo,
Con la oscuridad aferrada a mis facciones
Y la pretensión absorbiendo mi quedado mirar.
Mas aún así, aquella tiritante brisa reaparece a mi alrededor,
Y no deja en mí más que el mismo amor,
La igual sensación de alegría, miedo y tajante realidad.
Y observo los cielos con sus astros, las aves y me enamoro.
Y rozo la hierba, huelo las flores y me enamoro.
Piso la tierra, contemplo a las personas, respiro profundo y me enamoro.
Derramo lágrimas, me quiebro en soledad y me enamoro.
Me abate el dolor, comprendo mis dilemas y me enamoro.
Enloquezco entre el silencio, hablo a las inmunes paredes enamorada.
En esta noche estrellada, presenciándote a mi lado
no hago más que mirarte, profunda y suavemente.
Y sólo te miro. Sólo te acaricio.
Sólo me emociono y en mi resonante bóveda
Te amo y nada más.
+||MidNigh†||+
11/01/10