Poema: Sublime Entrega
Soledad Mar y Cielo
Su cuerpo escultural vi
cuando entré a la alcoba,
la tapé apresurado, con las
ropas del lecho.
En la almohada, su cara era
una rosa, que me incliné
a besar, y ¡Oh que divino néctar
bebí de tu boca deliciosa!...
Ya en el lecho, mis manos
la cintura enlazaron, era una
virgen pura, que al sentirse
de amor cautiva, tan dulcemente
se rindió.
Sus pechos temblaron como
cándidas palomas, junto a mi boca
ardiente y ansiosa… que siendo
dos, solo uno se sentía…
Soledad Mar y Cielo
D.R de la autora
Com. Manuel Estrada M
( Vange )