Donaciano Bueno

Ponerse las pilas

Les comento:

ayer las pilas me han cambiado a mi aparato

del corazón

¡qué invento y también qué bendición!

Y no es un cuento.

El médico me ha dicho que todavía tengo cuerda para rato.

Y eso a mi me hizo feliz.

No crean que un ardiz,

una excusa es para charlar un rato.

Nada más de la operación salir me he hecho un trato:

el tiempo he de apurar. Pues no hay derecho

a desperdiciar ni un solo minuto que quedarme pueda

hasta finalizar de dar vueltas en la rueda.

 

Y dicho y hecho:

he puesto a mi cerebro a trabajar

así como a programar un calendario de tareas.

Y ya en primer lugar

lo más urgente que he de hacer es dedicar

todos mis esfuerzos a disfrutar y amar

dejando a un lado todos mis caprichos y egoísmos

queriendo a los demás como a mi mismo

y al dios que corresponda las gracias dar

bendiciendo que aun permita que suban las mareas.

 

Y ya que con mi alma estoy en paz

voy a ponerme como meta el cuidado de mi cuerpo

tendré que caminar, andar y andar…

para asi poco a poco liberar

las malditas toxinas de este muermo.

Pensar que cada día, cada hora, cada instante

de lo que le queda de la vida a este rapaz

¡por belcebú! debe ser capaz

de disfrutar como si del último minuto se tratara

¡que viva esa fuente limpia y clara!

que hasta el último chorrito de agua es importante.